Dios desea que cada uno de nosotros, desde el recién nacido hasta la persona mayor, seamos Sus hijos e hijas como Él nos creó para ser y el bautismo marca el comienzo de la participación de una persona en la vida sacramental de la Iglesia. Es un momento en el que una persona y los padres de los niños que van a bautizarse prometen vivir en la fe católica y seguir dando ejemplo con su propia vida de fe.
El bautismo es la primera oportunidad que tenemos como comunidad católica para recibir y acoger al bautizado y especialmente para acogerlo como hijo amado de Dios.
El bautismo es una iniciación en el cuerpo de Cristo: una comunidad de creyentes que ponen a Jesús y su Evangelio en el centro de sus vidas al vivir en comunión con Él. Haciéndose parte de este Cuerpo de Cristo, el bautizado queda ligado para siempre a los demás miembros de Su Cuerpo: unido a ellos en la oración, en la lucha, en el sufrimiento, en la alegría y en la búsqueda de una mayor unión con Dios.
El proceso bautismal tiene como objetivo ayudar a los que serán bautizados a prepararse para el compromiso que asumirán ya los padres de los niños a prepararse para su vocación como maestros primarios de la fe. Con el apoyo de la participación de los padrinos y nuestra comunidad católica, los recién bautizados y los padres de niños seguirán creciendo en su comprensión de la fe y su aplicación en sus propias vidas y hogares.
Si está buscando el bautismo para su hijo o para usted, estamos aquí para ayudarlo. Contáctenos para más información.
Agustina Espino
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